Querido lector:
Iniciamos esta sección con LA GRAN VÍA de Madrid.
El motivo de esta elección es, sin lugar a dudas, su relevancia a nivel urbanístico y arquitectónico además de ser un potente motor comercial y de entretenimiento, dinamizador de la actividad turística y económica de la capital.
Esperamos que sea de tú interés.
EL PROYECTO DE LA GRAN VIA
La Gran Vía nace con la intención de ser un centro emblemático, una avenida que comienza a mostrar la transición de la ciudad desde la Corte a una moderna metrópoli comunicando la plaza de España, Plaza de San Marcial en aquel momento, con la calle Alcalá, descongestionando el casco histórico en fuerte crecimiento.
En 1898, el conde de Romanones, alcalde de Madrid, solicita un estudio a diversos estudios de arquitectura para analizar la viabilidad del proyecto. Pero no es hasta 1910 cuando el Rey Alfonso XIII da por comenzadas las obras con el derribo de la primera casa que continuaría con un total de 312 edificios derruidos para formar 32 nuevas manzanas.
El macro proyecto se desarrolló en tres fases:
-Primera. Comprendió el tramo entre la calle Alcalá y la Red de San Luis (1910-1917)
-Segunda. Afectó al tramo entre la Red de San Luis y la plaza de Callao (1917-1921)
-Tercera. Se desarrolló entre la plaza de Callao y la plaza de España (1926-1929)
PROCESO LEGAL PARA SU CONSTRUCCIÓN
Esta operación contaba desde sus inicios con dos grandes problemas, la necesidad de derribo de tres centenares de casas, con lo que implica a nivel económico para cualquier administración, y lo impopular de esta medida.
Se acelera el proceso con la nueva ley de Reforma Interior de 1895, que facilitó la expropiación mediante distintos mecanismos legales.
La clase alta comienza a emigrar desde el centro al ensanche de Madrid, casas nuevas con mejor ventilación e iluminación, con nuevos y mejores servicios, conectados con el centro a través del tranvía. Se construyen residencias lujosas en la Castellana. La estructura social del centro de la ciudad se transforma.
El día 26 de octubre de 1898 se publica el proyecto proponiendo una calle de veinte metros de ancho en el primer tramo y más de treinta en el resto, más de un kilómetro de largo y con la necesidad de quebrar lo menos posible la dirección del eje principal.
Una Real Orden promulgada el 27 de enero del año 1899 da el visto bueno al anteproyecto y otorga un plazo de dos años que posteriormente debió ser prorrogado.
La Real Orden de 1904 aprobó la construcción de la Gran Vía. El objetivo es «la construcción de grandes vías que den aire, luz y por consiguiente, higiene a barriadas enteras».
Se intenta una primera realización de los derribos por subasta, tras tres años con convocatorias nulas se pasa al sistema de concurso. Se adjudica por la cantidad de veintiocho millones de pesetas, con pliego de condiciones presentado por el propio conde de Peñalver, alcalde de la ciudad.
Tras la Guerra Civil Española y los daños sufridos por impacto de diversos proyectiles, la Gran Vía queda completamente deslucida. En el año 1939 se establece la Junta de Reconstrucción de Madrid y se dictan normas para la restauración.
En 1950 acaba el enlace con la penetración Noroeste de la calle de la Princesa. Necesitaron dos décadas para ejecutar la mayor reforma planificada de la ciudad.
REFORMA Y CONSTRUCCIÓN DE INFRAESTRUCTURAS
No cabe la menor duda de que la construcción de este eje vertebrador este-oeste consiguió el propósito de abrir una acción higienista frente a una construcción en el casco viejo condicionada por calles estrechas y tortuosas con solares pequeños de fachada estrecha.
Estas obras permitieron incluir nuevas cañerías y canalizaciones, más amplias, con la intención de prever nuevos crecimientos.
Aparece el teléfono como nuevo medio de comunicación, substituyendo al telégrafo.
La red de Metro de Madrid fue inaugurada en 17 de octubre de 1919. Tenía una distancia de tres kilómetros y medio, entre la populosa barriada obrera de Cuatro Caminos y la Puerta del Sol, con seis estaciones intermedias: Ríos Rosas, Martínez Campos (Glorieta de Iglesia), Chamberí (hoy museo), Glorieta de Bilbao, Hospicio (Tribunal) y Red de San Luis (Gran Vía). Esta última estación poseía un templete con ascensores, diseño de Antonio Palacios Ramilo. Es curioso que la Gran Vía nunca contó con tranvía, pero sí calles perpendiculares como la calle Fuencarral.
EJE COMERCIAL Y DE ENTRETENIMIENTO
Sin entrar en el eclecticismo de los nuevos edificios, ya lo haremos en sucesivos artículos, podríamos sintetizar diciendo que el primer tramo son construcciones neobarrocas. Los tramos segundo y tercero, construidos por los arquitectos más importantes de la época, son racionalistas, del expresionismo y también art-decó, expresando la modernidad de la capital, con utilización de nuevos materiales como el hormigón. Podemos destacar la construcción del primer rascacielos de Europa, el edificio Telefónica y el rascacielos más alto de Madrid hasta la fecha, el Edificio España.
El avance de la construcción de Gran Vía fue de la mano de la implantación de importantes establecimientos comerciales que abrieron con una publicidad al estilo de los existentes en Nueva York. El primer tramo, tras el éxito del Casino y del Círculo de Bellas Artes, se dedica a asociaciones sociales como el Círculo de Unión Mercantil. Se ponen de moda también los locales que sirven los populares cocktails al situarse próximos a los hoteles de lujo como el Palace y Ritz. Se instalan bares de corte americano como el Chicote.
En el segundo y tercer tramo destacan cines como el del Palacio de la Música o los cines Callao, teatros, hoteles como el Gran Vía, bares y restaurantes, emisoras de radio, grandes almacenes como SEPU con una oferta revolucionaria de “precio único” antecedente de la tienda de “todo a 100”. El símbolo arquitectónico de la Gran Vía es el edificio Carrión, que alberga al Cine Capitol.
ACTUACIONES MÁS RECIENTES
"La movida" madrileña inmortalizó la Gran Vía eligiéndola para sus "saraos". Todos los "garitos" de moda partían de la Gran Vía o acababan en ella. Actores, músicos, fotógrafos, componían este movimiento contracultura surgido durante los primeros años de transición de la España postfranquista.
El comienzo de siglo 21 se caracteriza por el progresivo desmantelamiento de los cines pasando algunos a teatros que alojan grandes musicales venidos de Londres o Nueva York. Otros cines pasan a formar parte de importantes cadenas de venta de ropa.
Edificios que servían a sociedades bancarias o seguros, van siendo ocupados por hoteles de lujo.
Grandes celebraciones se desarrollan desde hace años en la Gran Vía como la noche en Blanco, los carnavales, el Orgullo Gay.
Continúa articulándose por lo tanto un escenario económico y de consumo en torno a la avenida. La ciudad cambia con la evolución de la sociedad, pero la relevancia de la Gran Vía permanece.
EN ESTE MOMENTO
Existen tres proyectos que afectarán singularmente a la Gran Vía. Las medidas adoptadas se puede resumir en:
-Reducir el tráfico rodado y potenciar el peatonal con la ampliación de aceras y reduciendo carriles. El proyecto consiste en la realización de un carril para vehículos públicos y otro para los residentes de la zona cuando se convierta en Área de Prioridad Residencial como las ya existentes en Ópera o Las Letras. Potencia la bicicleta con su propio carril desde Plaza de España hasta Callao. Las obras ya han comenzado.
-Evitar que el uso residencial del centro desaparezca para convertirse en una zona exclusivamente turística. Para ello está en marcha un Plan Especial de Alojamientos Turísticos. De momento hay una moratoria que suspendió en febrero el cambio de uso residencial a hospedaje, incluidas las viviendas turísticas que se alquilan en su totalidad y por plazo superior a tres meses, por un año prorrogable a otro.
-Reformar por completo la Plaza de España. El proyecto define la creación de una gran zona verde que enlace la plaza con el Palacio Real y el Templo de Debod, en la que se plantarán más de mil árboles. Habrá un nuevo paso inferior peatonal para unir la Plaza de España con los jardines de Sabatini.
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